Aunque parece algo muy nuevo, la selfie es en realidad un autorretrato, y sus raíces se remontan a principios del Renacimiento. Es cierto que antes de la invención de la cámara, alguien sin talento artístico tenía pocas posibilidades de hacer un buen autorretrato. De esta manera, se hicieron pocos selfies, pero al menos en su mayor parte fueron de un nivel muy alto.
Un ejemplo de ello es el cuadro del pintor catalán Ramón Casas, el tándem Ramon Casas y Pere Romeu, en el que se pintó a sí mismo y a su amigo pintor bohemio. Romeu pedalea detrás del fumador de pipa Casas, que no parece disfrutar mucho del ciclismo.