No hay ningún ser humano en la tierra que nunca haya bostezado en su vida, sin embargo, la ciencia todavía no tiene una respuesta definitiva a la causa del bostezo. Algunas teorías sugieren que se utiliza para regular la temperatura del cerebro. Sin embargo, el bostezo como respuesta a la privación de oxígeno ha sido descartado por los investigadores, al igual que la teoría del aburrimiento y el sueño. Según este punto de vista, bostezamos y es contagioso porque es la forma en que nos mantenemos a nosotros mismos y a nuestros compañeros alerta, al igual que los animales que viven en manadas. El bostezo a menudo va acompañado de la necesidad de estirarse. Estas dos actividades, realizadas juntas, realmente te mantienen alerta, de modo que cuando el peligro aparece, los animales pueden reaccionar más rápido, y nosotros también, incluso si el peligro es solo aburrimiento. (Mihály Munkácsy: Aprendiz de bostezo)