¿Cómo era el ‘látigo de Dios’?

Si hay que creer en las leyendas, era salvaje y bárbaro mientras gobernaba un vasto imperio nómada que se extendía desde el Mar Caspio hasta el Mar Báltico. Un general intrépido que atacó con éxito tanto al Imperio Romano de Occidente como al Imperio Romano de Oriente. Tal vez sea por todas estas razones que el epíteto «»Látigo de Dios»» designó al rey Atila el Huno. Es difícil decidir cuántas de las leyendas son ciertas, pero lo cierto es que fue una figura definitoria de su tiempo (incluso aparece en la canción de los Niebelungos) y esa es la imagen de él que perdura hoy en día, basta pensar en la película animada Mulan.
El orador griego Prisco dio una descripción mucho más moderada del gobernante, que visitó la corte de Atila en 448 como miembro de una delegación diplomática.
El pintor húngaro Mór Than también siguió su descripción cuando creó el mural de Vigadó en Budapest en la década de 1860, en el que inmortalizó la imagen de un gobernante ilustrado y civilizado. Aunque el mural original fue destruido en la Segunda Guerra Mundial, la pintura al óleo hecha como boceto muestra fielmente el trabajo de Than y refleja la impresión de Prisco de Atila, rey de los Hunos.

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